Aladas
ansias de reconocerme,
comprenderme
–aunque sea un poco-
en el silencio
acuoso del delirio.
Imagen
que se contrae en el espejo
cóncavo
de lo heredado.
Remeras
con intenciones de volar
que
permanecen inamovibles
en un
renglón distorsionado
sobre
el reflejo convexo
de todo
aquello que perdí.