lunes, 7 de mayo de 2012


SEDUCCIÓN


    El pensamiento no descansa, no ha dormido en muchos días y no encuentra acomodo. El alma, lo contempla sentada con resignación y lástima.

     La razón se fugó y la cordura ha perdido la esperanza del reencuentro.
     Entró por la ventana el rencor y se ha apoltronado en la cama, seguramente a calentar el lecho para cuando el odio haga su entrada.

    El arrepentimiento toca a la puerta y no quieren abrirle; cuando se fue, dijo que sería para siempre. Por el camino se encontró a la inocencia que no quiso regresar - ¿para qué? - si ya nadie la extrañaría. El universo de afuera es más pequeño que el de adentro y quería morir asfixiada.

    ¡Y pensar que alguna vez fueron felices!

     Ha entrado al cuarto la angustia con la solución en la mano. A la casi unánime bienvenida, se unió en el último minuto la conciencia. Se dejó seducir por la paz eterna.

NADIE SE MUERE DE AMOR
Amarillo Editores
México 2011

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